Deseo oculto

Un cara dura se miró al espejo y lo partió. Desapareció en mil pedazos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí... pero no.

Puedes engañarte, a ti mismo, cuanto quieras.
Pero jamás, podrás, engañar a tu subconsciente.

Ese no entiende de falacias.
El inconsciente, es lo que tiene, que con el no valen subterfugios de tipo alguno.

El espejo del alma, no miente; no lo hace, no. Es tu consciente el que se empeña en modificar la realidad a su antojo. A su conveniencia.



Precioso, preciso y premonitorio... es tu post.
No se puede decir más, con tan pocas palabras.




Un abrazo, conSentio, y necesitado,

H.