Fragmento del Paraíso




La  casa donde vivíamos estaba a tres kilómetros del pueblo y de la playa;  en un cerro y casi en el centro de un círculo que dibujaba el horizonte. Por el norte, cerros más altos llenos de olivos y almendros y en el horizonte el cielo, por el sur cerros más bajos con viñas y huertos, y en el horizonte el mar. Abajo, a sus pies, el pozo y la cañada, nuestro río.

La casa tenia dos naves; eran de muros de piedra muy anchos. La delantera y principal fue la primera que se construyó. Tenía el suelo en blanco y negro,  el clásico ajedrezado, y el techo de obra. Mientas la parte trasera, a pesar de ser más nueva, tenía el suelo de tierra y los techos de caña y madera. En esta segunda nave estaba la cocina, un cuarto trastero en el que había un ropero antiguo con una luna que a mi me parecía entonces muy grande porque yo era pequeña, y un corral donde mi abuela  criaba gallinas y conejos.

Delante de la primera nave, había un porche con un poyete también en blanco y negro. El porche miraba al pozo y a los huertos de abajo, que se encontraban  a unos cien metros bajando por un caminito estrecho y en pendiente. A mitad de camino se encontraba la alberca grande, donde nunca nos bañábamos porque estaba muy sucia. Nos decían que tenia serpientes venenosas y larguísimas, pero nunca llegamos a ver ninguno de esos monstruos y sí alguna que otra inofensiva culebra de agua. Lo que sí tenía la alberca grande era muchas  ranas y, durante un temporada larga, también tuvo peces de colores. Cuando subíamos por la cuesta del pozo a la casa, con los cántaros o los cubos de agua, aquel era el sitio de descanso. Allí nos entreteníamos jugando a perseguir hilanderas o a tirar piedras al agua. Se nos pasaba el tiempo volando curioseando en los huertos cercanos, comiendo guisantes o habas crudas. Alrededor de la alberca grande había un chirimoyo, un granado, orégano en el mismo caño del salida del agua de la alberca y algunas pitas grandes con pitones tan altos como palmeras. Había también allí un precioso Paraíso.


2 comentarios:

segunda mano dijo...

Genial, muy bueno

joan21 dijo...

en mi pais hay algo similar por todas partes, aqui aun predominan mucho las zonas rurales y por ende la naturaleza.

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