La vida en Juego
Donde pongo la vida pongo el fuego
de mi pasión volcada y sin salida.
Donde tengo el amor, toco la herida.
Donde pongo la fe, me pongo en juego.
Pongo en juego mi vida, y pierdo, y luego
vuelvo a empezar, sin vida, otra partida.
Perdida la de ayer, la de hoy perdida,
no me doy por vencido, y sigo, y juego
lo que me queda: un resto de esperanza.
Al siempre va. Mantengo mi postura.
Si sale nunca, la esperanza es muerte.
Si sale amor, la primavera avanza.
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Mis gatos
Son cuatro: el que hay detrás del oscuro es este:
Gracias a la vida

He sacado dos cosas positivas de estos cinco meses con las extrasístoles: que el cariño se demuestra en las dificultades; y segunda: he dejado de fumar, la primera semana y por la vía rápida (el miedo hace milagros).
Y también ha pasado algo curioso: le he dado una vuelta de tuerca al latido extra y lo he convertido en algo positivo, casi metafórico.
Mi corazón late diferente, sí, y por eso veo las cosas pequeñas muy grandes y las grandes muy pequeñas (con una sola excepción).
Y también ha pasado algo curioso: le he dado una vuelta de tuerca al latido extra y lo he convertido en algo positivo, casi metafórico.
Mi corazón late diferente, sí, y por eso veo las cosas pequeñas muy grandes y las grandes muy pequeñas (con una sola excepción).
El latido extra

He estado una temporada larga del huelga bloguera y los más cercanos saben por qué. Primero vino el verano y en agosto ya se sabe... le apetece a una desconectar con todo mobiliario que le recuerde el trabajo, así que me dejé el ordenador en casa y me fuí a disfrutar de las sardinitas malagueñas y de las migas de las Alpujarras.
Pero a la vuelta de las vacaciones, el 11 de septiembre (lo recuerdo por los significativo de la fecha), me sentí como si tuviera un caballo galopando en mi garganta, fui al hospital, me hicieron un electro, me enchufaron a un monitor, y me diagnosticaron extrasístoles ventriculares muy frecuentes.
Tras varias pruebas, la cardióloga me dijo hace unos días que no tengo ningún problema estructural en el corazón, pero que lo del latido extra (más fuerte que los demás) con su correspondiente pausa posterior, viene de lejos. No es grave, pero molesta y cansa, no se ve, pero se siente.
¿Las causas de los latidos extras? ahora lo llaman tensión emocional, estres, ansiedad, angustia, somatización de los problemas. Todo está en el cerebro, incluso el alma.
De todas formas, voy a darle la vuelta al concepto de latido extra, a ver qué os parece. De aquí en adelante el blog se llamará así. En positivo.
Pero a la vuelta de las vacaciones, el 11 de septiembre (lo recuerdo por los significativo de la fecha), me sentí como si tuviera un caballo galopando en mi garganta, fui al hospital, me hicieron un electro, me enchufaron a un monitor, y me diagnosticaron extrasístoles ventriculares muy frecuentes.
Tras varias pruebas, la cardióloga me dijo hace unos días que no tengo ningún problema estructural en el corazón, pero que lo del latido extra (más fuerte que los demás) con su correspondiente pausa posterior, viene de lejos. No es grave, pero molesta y cansa, no se ve, pero se siente.
¿Las causas de los latidos extras? ahora lo llaman tensión emocional, estres, ansiedad, angustia, somatización de los problemas. Todo está en el cerebro, incluso el alma.
De todas formas, voy a darle la vuelta al concepto de latido extra, a ver qué os parece. De aquí en adelante el blog se llamará así. En positivo.