Tuvo que llegar un día en el que un ser humano sintiera por primera vez mariposas en el estómago, alteraciones en el ritmo cardíaco y variaciones en el ánimo, provocadas por otro ser humano solo a través del inteligente, atractivo e ingenioso uso de las palabras; como en un juego seductor sin necesidad de miradas, ni sonrisas, ni roce. Y entonces, como por arte de magia, surgió de la chistera una palabra nueva.
Qué cierto, Ulla!
ResponderEliminarSeguramente así fue como el vocabulario del sapiens inicial se fue enriqueciendo. Esa necesidad de dar nombre a las emociones. Y, como dices, también a esas emociones provocadas por la inteligencia y el ingenio de alguien a quien, incluso, puedes ni siquiera conocer personalmente.
Un abrazo!
Gracias por tu visita y tu comentario. Es un honor para mi.
EliminarPor cierto, me encanta tu "extrasístole" :-))
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminar:-)) Gracias! ❤️
ResponderEliminarSon las palabras, a través de una radio por ejemplo, tan seductoras como la modulación de la voz que las pronuncia.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias por la visita y el comentario.
EliminarTenía que haber añadido 'sin voz". La voz puede atraer o enamorar por sí misma. También engañar.