Dicen las malas lenguas...


...que el Patito feo fue feliz solo un segundo, justo el que tardó en caer desmayado de la impresión en las profundas aguas en las que se miraba cuando creyó ser un cisne. No nos consta que esto fuera cierto, pues Hans Chistian Andersen nos contó la historia de otra manera.
 
 
Fotografía de Juanka Viñolo






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