Los niños hablan solos con su amigo imaginario. Inventan el mundo.
Los adolescentes hablan solos con el techo y nadie les entiende.
Los jovenes hablan solos a gritos contra el mundo. Y el mundo, a su bola loca.
Hablas a solas en voz alta y te escuchas, luego debes existir.
Hablas a solas y en voz alta para debatirte. Y no sabes quién tiene razón.
Hablas a solas y en voz alta para ordenar tu desorden. Y luego no te encuentras.
Las viejas hablan solas en voz alta para revivir la juventud. Y le dan besos al aire.
Los viejos hablan solos en voz alta para hacer memoria. Y lloran.
Las viejas hablan solas en voz alta para tener un cómplice.
Los viejos hablan solos en voz alta porque vuelven a encontrarse con en el amigo invisible.
Mi padre hablaba solo en voz alta y contaba sílabas con los dedos.
Mi madre no hablaba sola en voz alta. Era por lo bajini y con mensaje.
La abuela peleaba en voz alta con un duende que le cambiaba las cosas de sitio . Un día lo encontró en el espejo.
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