De nuestra juventud enamorada
quedó de tu cuerpo en el mío
como un ancla
hecho verbo de carne y amor
el hijo de la mañana.
Ese niño que se hizo gigante
y que ahora te levanta
con sus brazos
para ver la luz del alba
permanece claro.
Es la suma de nuestros días,
la juventud, la libertad, el amor,
una inmensidad
en poco tiempo condensada,
y el futuro común multiplicado
de aquel pasado conjunto
que aún nos contiene.
2 comentarios:
Precioso poema y preciosos recuerdos. Maravilloso presente.
gracias 💕
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