— La vida se me ha hecho bola.
— Siéntate a mirar el cielo y cuenta estrellas y nubes. Es lo que necesitas.
— ¿Y luego?
— Cuando te canses busca otra puerta y entra de nuevo.
— A la misma vida, ni loca.
— No, loca, detrás de cada puerta hay una vida distinta.
— No estoy yo muy segura de eso.
— Si no lo haces, nunca lo sabrás.
— Vale, me voy al descansillo. Allí te espero.
— No te olvides de cerrar. ¡Con las dos vueltas!.
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