El hilo

— Me rindo. No doy para más.
— ¿Recuerdas a la abuela cuando nos tejía los abrigos de lana con aquellas agujas?
— Inolvidable en aquel sillón de flores; lo hacía al caer la tarde.
— Sí, pero cuando se equivocaba o no le gustaba como estaba quedando destejía, volvía a ovillar el hilo y empezaba de nuevo. A veces con otras agujas, con otro punto.
— Es complicado.
— ¿Por qué? 
—  Porque ya no soy la mujer que se equivoca y vuelve a tejer sino el hilo desgastado del abrigo destejido.
—  Siempre hay algo que nos recicla.
— Sí, volver a soñar. Hasta que caiga el telón.

— ¿Lo ves?  

                                 🧶

                            

No hay comentarios: