Bitácora. Planeta AlidubO57

Con el almanaque celeste bajo el brazo y la verdad desplegada como una carta astronómica, puedo confirmarlo con certeza casi científica.

Cuando mis coordenadas gravitatorias por fin se alineaban, todavía impulsadas por una tenue esperanza, su vector ya describía la curva final de salida. Su traslación lo alejaba y su impulso era superior al mío. La ventana de sincronía había pasado. La verdad es que, revisando los mapas del cosmos,  parece que nunca estuve alineada con su trayectoria. Nuestros ejes de giro eran distintos. Nuestras velocidades incompatibles. 

Tal vez, solo tal vez, nuestras órbitas coincidieron un instante microscópico. Lo intuí en la señal que capté entre interferencias:

"Estamos cerca."

¿Qué necesidad había? ¿Un cometa bromista?

“Estamos cerca.”

Un eco breve. ¿Una anomalía cuántica?

"Estamos cerca."

¿Una señal sincera? ¿Un error de transmisión? 

Pero luego, el silencio. Misterio.

Desde entonces, mantengo una inclinación leve —pero estable— hacia la melancolía interestelar.

 ____________________                         

* Escrito con el asesoramiento del Diccionario de la Academia Interestelar.








No hay comentarios: