El apagón

Usted me va a perdonar,  señor Juez, pero ese hombre está fabricado con hilos invisibles de una madeja de sueños y de ninguna manera puede ser el culpable del apagón. Fui yo, señor Juez. Fui yo la que encendió miles de lámparas cuando se me hizo la noche, provocando la chispa en el sistema eléctrico de esta ciudad de fantasía.  Porque tiene usted que saber, señor Juez, que aquí, en esta ciudad, el único real es usted, que nos tiene a todos en vilo. Anda buscando culpables y la imaginación es inocente. 



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