abandono

El cuento tenía final abierto y por allí se marchó sin reparar en todo lo que hubiera quedado por escribir.

2 comentarios:

José Antonio López Rastoll dijo...

Ojalá pudiéramos escapar por los cuentos, aunque son buena terapia para exorcizar fantasmas.
Un abrazo.

bisílaba dijo...

Un final abierto es la mejor puerta de salida a la imaginación del lector.
Un abrazo!