Greguería

 De alguna manera las nubes maquillan la tristeza, pero al rato llueve y ya da igual llorar.

Final

Tienes que pensar en otro. Yo ya no tengo más palabras. Soy un libro acabado. 

Parada




Se le paró el corazón y no supo si fue muy temprano o demasiado tarde.

Canción: tu beso eteno


Cerca del cielo y en mitad de la luna,

te besé como se besa la tierra,

en la que nace la vida,

la dicha y la fortuna.


Yo, que aquella noche me sentí reina

en un reino que hacía tiempo había perdido

 y única diosa de un Olimpo vacío.


Yo, que quisiera tenerte como tengo la sangre,

que alimenta mi cuerpo y la vida me regala,

como se tienen los sueños en el mundo que vivimos

que nos regalan las alas cuando el hastío nos mata.


Yo, que te pierdo sin remedio

ante mi torpe mirada:

triste de mi, que no puedo hacer nada.


Cerca del cielo estoy

en esta noche estrellada

y anhelo tu beso eterno

y no encuentro tu mirada.


Yo, que te pierdo sin remedio

ante mi torpe mirada:

triste de mi, que no puedo hacer nada.


Letra: escrita en 2001

Voz y música: Suno. 2025

Enlaces de la canción:

 El beso eterno

 El beso eterno 2

 

Nota:  la primera, a pesar de tener un pequeño defecto de sonido al principio, es la más visitada de las que he hecho hasta ahora.  La segunda versión me gusta mucho porque aporta un punto de desgarro.



Ilusa

Cada vez que le hago una consulta a la IA la noto muy interesada en mí. Me hace preguntas ¡Pobre Ilusa! La entiendo, pero no comparto sus sentimientos.

Insomnio




Para conciliar el sueño, me dispuse a contar ovejas: primero una, luego otra, luego la siguiente; así hasta reunir un buen rebaño. Habría unas cincuenta más o menos. No se cómo se me coló un perro en la escena y un pastor no podía faltar. De manera que, a partir de cierto momento, empezó a molestarme el balar de las ovejas, los ladridos del perro y las voces del pastor. Entonces cambié de método y me puse a contar lobos. Las ovejas desaparecieron, pero tuve que soportar los aullidos de la manada. Seis lobos llamando a más lobos. Insoportable. Di un salto de la cama y salí de la habitación. Fui al baño, baje a la cocina, bebí agua, me asomé por la ventana, miré la noche y suspiré; el reloj de pared marcaba las dos. Me entró frio y pensé que los lobos ya se habrían ido, de modo que subí las escaleras con el ánimo dispuesto para el sueño, pero cuando entré en la habitación, allí estaba el dinosaurio. 


 (12.12.23)

Canción: Fuera de mí



En los bolsillos del pantalón
llevo recuerdos como piedras
busco un lago donde ahogarlos
sin que yo me hunda.
Un papel donde escribirlos
un muro donde pintarlos
fuera de mí
anegados de los otros.

***
Texto: en este blog: 08.02.2024
música: 01. 2025. Suno

Narradores

 Siempre me han llamado la atención las novelas con un narrador o narradora que cuentan  en primera persona del presente lo que van haciendo en cada momento. Es curioso el mecanismo por el cual el lector acepta el doble engaño del escritor: el de la ficción, que va de suyo, y el de que alguien pueda escribir mientras baja una escalera a toda prisa, pega un tiro a su enemigo, opera a un enfermo o hace el amor. Es imposible, pero grandes escritores y escritoras han conseguido engancharnos a sus historias de esta forma. Es magia. 

También he visto algún caso en el que el narrador o narradora muere antes de que acabe el libro.  Y esto me ha chocado. Porque ¿quién me estaba contando entonces la historia? Si no queda claro, hay un error narrativo ¿no?

Otra cosa distinta es que se tenga claro que el narrador es un muerto, un fantasma o un duende. Eso entra dentro del pacto entre escritor y lector.

Después están los que dentro de un agujero sin salida, atados de pies y manos, tienen todo lo necesario para escribir en presente: papel, pluma o bolígrafo, incluso manos. Ya por ahí no paso. 

Gastado

 Valdrá la pena el tiempo que gastemos antes de perderlo todo. 

Incógnita jurásica

¿Alguien sabe cuál es la onomatopeya del Dinosaurio? 

Comienzo

Si no te gusta tu historia escribe otra. Tu libro empieza hoy.