
Pequeñas memorias

Pequeñas Memorias. Saramago.
Imagen digital

En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como Don Quijote los vió, dijo a su escudero: la ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o poco más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla, y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer: que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.
¿Qué gigantes? dijo Sancho Panza.
Aquellos que allí ves, respondió su amo, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.
Aquellos que allí ves, respondió su amo, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.
Mire vuestra merced, respondió Sancho, que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que volteadas del viento hacen andar la piedra del molino.
Bien parece, respondió Don Quijote, que no estás cursado en esto de las aventuras; ellos son gigantes, y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.
Y diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento, y no gigantes aquellos que iba a acometer.
Miguel de Cervantes.
El hilo del pensamiento (2)

... Todo lo que usted quiera, si señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan... Me prosterno ante ellas... las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito... Amo tanto las palabras... Las inesperadas... Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen... Vocablos amados... Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío... Persigo algunas palabras... Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema... Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas... Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto... Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola... Todo está en la palabra... Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció... Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces... Son antiquísimas y recientísimas...
(Neruda)
sobre la tierra
El tiempo perdido
Un regalo grande
Libre
Un planeta de ficción
Las entidades ficticias designan indirectamente a las entidades reales, pero no por ser ficticias son mentira. La ficción y la verdad no son antitéticos. ( Jeremy Benthan)
La vida y la ficción se relacionan: interactúan. La vida pasa por nuestros ojos, por nuestro corazón, por nuestro cerebro. Y nuestra sensibilidad transforma lo visto, lo vivido y lo sentido, creando ficciones que nos aportan nuevas visiones del mundo.
Podríamos decir que de alguna manera todo lo que crea nuestra mente es real, porque es producto de nuestro cerebro , que como ya sabemos antes de que lo dijera Eduardo Punset es el sitio donde reside el alma, o el espíritu, en definitiva el intelecto. Una novela de ficción es verdad, un poema es verdad, una pintura es verdad, una ilusión es verdad, un sueño es verdad.
Hay muchas realidades que son mentiras. Soñemos un poco, creemos realidades distintas.
La vida y la ficción se relacionan: interactúan. La vida pasa por nuestros ojos, por nuestro corazón, por nuestro cerebro. Y nuestra sensibilidad transforma lo visto, lo vivido y lo sentido, creando ficciones que nos aportan nuevas visiones del mundo.
Podríamos decir que de alguna manera todo lo que crea nuestra mente es real, porque es producto de nuestro cerebro , que como ya sabemos antes de que lo dijera Eduardo Punset es el sitio donde reside el alma, o el espíritu, en definitiva el intelecto. Una novela de ficción es verdad, un poema es verdad, una pintura es verdad, una ilusión es verdad, un sueño es verdad.
Hay muchas realidades que son mentiras. Soñemos un poco, creemos realidades distintas.
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