Cuentan que nació la niña como un pajarito sin cuajar, pálida y con los ojos hundidos. Dicen que le echaron el mal de ojos nada más nacer, que ni nanas ni arrullos le cantaron, ni le mecieron la cuna. Que ni patucos de punto tuvo, ni mañanitas de lana. Ni siquiera chupete que llevarse a la boca. Ni biberón de leche templada de cabra. Que la bautizaron con urgencia y la enterraron en un pañil de pasas, cubierta por hojas de higuera y un ramito de malvas.
6 comentarios:
Tu imaginería me recuerda poderosamente la inspiración del sur, palabras desusadas pero plenamente poéticas. Buen microrrelato de una niña que nació con la desdicha.
Soy del Sur, Sevillana con raices y crianza malagueñas, de la Axarquia, un lugar interesante por su Historia, tradiciones, leyendas y habla popular. Gracias por tu visita y comentario.
La vida, a veces, se ceba con los más débiles. Es difícil entonces reconciliarse con ella.
Un saludo.
Gracias por tu visita y comentario.
Cuento lleno de metáforas con estructura circular que crea un contraste entre la realidad y la ficción, entre la luz y la sombra, entre la vida y la muerte.
Publicar un comentario