Prefiero escribir mi historia a que otros me la inventen cuando me muera. El más insignificante de los seres se ve sometido a revisionismo y juicio cuando está en la tumba. Todos creen saber la verdad sobre nosotros cuando morimos. Mejor la cuento yo y acabamos antes.
2 comentarios:
Llevo un diario personal desde hace muchos años en el que se proyecta la realidad de mi existencia. Es mi forma de contar mi vida, pero pienso que deberá destruirse cuando muera -es un diario digital- porque prefiero que mi vida e identidad sea fabulada antes que presentada en su cruda y desnuda realidad que a nadie le importa.
Es otra opción, igualmente válida que la del anónimo, que reacciona de esta forma espontánea ante la invención insidiosa de historias en la vida de los otros cuando ya no están.
En cuanto a la fórmula del Diario, fue mi primera opción de escritura, como la de muchas adolescentes de nuestra época. Pero hacía trampa: como sabía que mi madre, y en el colegio, me lo leían, empecé a inventar cosas, a mezclar realidad y ficción y descubrí que me gustaba. Y asi sigo.
Pero me parece una fórmula estupenda.
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