Lo bueno es bueno, lo mejor es relativo.
Aparéceteme
Desperté sobresaltada, implorando ayuda, con las manos extendidas hacia un techo de flores celestes.
Tuve un sueño anoche, un sueño raro, una pesadilla: unos hombres enfundados en escafandras grises me gaseaban con un gas del mismo color.
La hora
Es la sombra la que marca la hora de la melancolía.
Nos cambian la hora, pero no la nostalgía.
Canción: Quién sabe.
Quién sabe
si yo hubiera nacido
bajo tu mismo sol
frente a tu mismo mar,
si hubiera cruzado un día la mirada contigo
en cualquier calle de tu ciudad.
Quién sabe
si tú ya sabrías que yo te querría.
Quién sabe
si tú hubieras nacido
bajo mi mismo sol
frente a mi mismo río
si hubieras cruzado un día
la mirada conmigo
en cualquier rincón de mi ciudad
Quién sabe
si yo ya sabría que tú me querrías.
Pero aquí estamos
en este presente real
yo reflejada en el río
con este amor que es solo mío
y tú sentado frente al azul
de tu mar.
---------
Letra: Ulla Ramirez
Música y Voz : IA
Canción: Camino
Camino
Si miro atrás y veo el camino andado
con las pisadas de mi pobre corazón sobre la tierra
y me siento cansada en un recodo
a escuchar un manso murmullo de aguas cercanas
y me extasía su sonido...
Si los pájaros cantan alborotados en la tarde
y aplico mis oídos para mejor escuchar su canto
y me deleito con sus trinos...
Si miro el cielo inmenso que me cubre
y las estrellas titilan y la luna asoma esplendorosa
y abro mejor mis ojos para verlo todo
y me extasío con su existencia....
Y si después de mirar cierro los ojos emocionada
y quiero acampar aquí y hacer la noche
espabilo y extiendo mi tienda,
clavo en la tierra los clavos
estiro los vientos
levanto la lona en este llano
y aquí aposento mi austero lecho:
¡Dejadme que duerma!
*****
Letra: Ulla Ramírez. 2003-2005
Canciones: Voz y música: IA. Octubre de 2025
Enlace de la canción (versión de 26. 10. 2025)
Enlace de la canción ( versión 20.4. 2025)
Errata
Pasa que ya no nos vemos
Los ojos se acostumbran
y somos como una errata en un escrito.
Leemos y releemos,
miramos y nos miramos
y no nos vemos.
Nadie nos deletrea.
Ya no deletreamos.
Solo vemos el garabato
La idea primigenia:
la estilizada, misteriosa
y exótica figura del dibujo
que soñamos o añoramos.
Y siempre nos quedamos
con aquella primera lectura
Dichoso aquel – o aquella–
que logre ver más allá
mucho más adentro,
algo que nunca tuvo
ni esperó encontrar.
Greguerías más leídas
Cuando éramos pequeños jugábamos al yoyó.Hoy somos el juego.
La D es una letra embarazada por el deseo de la noche a punto de dar a luz un día.
Ojalá huyamos fuera mi nombre.
¿El poliamor es un polivaliente o un policobarde?
La M es Montaña rusa que te eleva, te hunde y te marea. Miedo. Temblor del que sobrevive a medias. Y te baja cuando quiere, hecha una minúscula m.
Fue cuando la Oh del asombro necesitó saber qué pasó y quién fue, cuando surgió el detective con su lupa en forma de Q.
La U anhela el Universo donde las estrellas escriben.
El Portugués malhumorado expresa enfado desafinado.
La luna nueva es el emoticono del cielo que nos sonríe.
Una novela es el sueño de un libro en blanco.
La Y es el tira-chinas del zapato de la Z.
El sueño de las letras es formar una palabra con todo el abecedario.
La infancia es la magia del tiempo, la vejez el descubrimiento del truco.
La Z es el calambre que nos atraviesa cuando nos cae el rayo nos parte.
Triunfar
Hay un punto de no retorno en cualquier triunfo a partir del cual se puede ser desgraciado.
Vida partida
Desorientado
Octubre piensa en Septiembre con los ojos cerrados. Cuando los abre no sabe donde está.
Greguería y poema para niños
El Caballito de mar es el único pez que juega al ajedrez en el fondo del mar.
Con Neptuno, que es el ReyCon la Ninfa, Reina de los mares
Con Nautilus, trazando diagonales
Con pequeños caracoles
y las Torres de corales.
Varita de virtud
"Varita de virtud,
por la virtud que tienes
y por la virtud que Dios te ha dado,
quita la mesa y friega los platos"
decía mi abuela, después de comer,
tras un postre reposado.
Ahora yo añado:
pero no te lleves las conversaciones
ni las risas de las sobremesas
llévate mejor, también,
por la virtud que dios te ha dado,
varita de virtud,
el tele-móvil de nuestras manos.
Octubre
Pero el tiempo –o el invierno– las convierte en buen sustrato.
El amor no muere,
Todo se transforma en otra cosa
y el tiempo pasa y el jardín crece.
***
como palabras de un amor pasado
Todo se convierte, todo se transforma.
Y el jardín crece.
( Hice mi poema, el de arriba, y lo puse en la IA para que me diera opinión. Fue positiva, pero me hizo esta sugerencia "más condensada y sin repeticiones", dijo).
Se admiten comparaciones.
El juego de la Luna nueva
Cierra los ojos
Abre las manos...
Se escurre
suavemente
de las mías a las tuyas
una diminuta y ligera luna
Una Luna nueva
preludio y
talismán
de muchas lunas
llenas de amistad.
Abre los ojos
Abre las manos...
Y mira.
Despedida
Cerrar las ventanas
y tras ellas los postigos.
Apagar la luz
dejar la oscuridad encerrada.
Cerrar el agua.
Cerrar el gas.
Cerrar la puerta de la casa
con dos vueltas de llave, sí,
siempre con dos vueltas,
como si no fuera a volver mañana.
Recorrer con la mirada todo el exterior.
Todo en orden menos yo,
que no sé dónde guardarme
ni como alejarme de ti.
Despedirme del almendro
que me guardó el secreto.
Despedirme del mar
agitado, revuelto, como mi alma.
Despedirme del cielo
atravesado de nubes grises
Despedirme de la tierra
que apenas me sostiene.
Del amanecer y del ocaso,
hermanos en mi tránsito.
De la luna llena de octubre
que ya no me encontrará.
De todo me despido
menos de tus ojos:
mezcla de miel y olivo.
Menos de tus manos y de tu abrazo
que se van conmigo.
24-9-2025
Consentimiento
Habitaba en una casa deshabitada de amor y poblada de recuerdos. Quería borrar la memoria del dolor y se enamoró queriendo de un sintiente de un planeta lejano que sin premeditación ni alevosía le suministraba diariamente un delicioso menú de palabras olvidadas y emociones que creía muertas. No esperaba llegar a tan viva resurrección, el asunto se le voló de las manos con el total consentimiento de su corazón. Entre tanto, los recuerdos cogieron sus mochilas y fueron bajando la escalera camino de la puerta de salida sin apenas necesitar ningún empujón. Y por las paredes de la casa, por todas las habitaciones, desde el techo hasta el suelo, empezaron a brotar canciones olvidadas, poemas de amor, frases hermosas, el color y brillo de los ojos de aquel ser extraño, el sueño pintado de un abrazo, el deseo servido en un plato de polvo de estrellas bien cocinado; todo acompañado de partituras en el aire que inducían al éxtasis.
¡Qué misterio! Todo producto de su imaginación, como diría al final el mago.
Publicado el 6.10.2024
Conjunciones
Mientras la gramática busca conjunciones que unan, la vida se empeña en atraparnos en disyuntivas que separan.
Vidas
En mi próxima vida yo quería ser pájaro para anidar en tu árbol. Pero tu árbol se secó en verano y me quedé sin ramas para anidar. Ahora, quiero ser una pequeña semilla amarilla de Paraíso para nacer en tu jardín y convertirme en árbol y así poder darte sombra cuando en tu vejez te sientes a leer bajo mis ramas. Antes de morir, tú dejarás dicho que tus cenizas sean esparcidas al pie de mi tronco y será entonces cuando me alimentaré de ti y creceré como nunca antes un árbol haya crecido. Cuando yo muera, mi tronco y mis ramas secas servirán de alimento para la tierra. Y por fin seremos lo mismo, estaremos juntos en el mismo tiempo y en el mismo lugar.
Gallinita ciega
El pañuelo tapaba tus ojos
gallinita ciega.
Pero el tacto de tus manos
me reconoció a la primera.
Amor a ciegas, eras tú.
La escalera mecánica
En una escalera mecánica cada peldaño desciende hasta desaparecer bajo la estructura que la sostiene. Luego reaparece arriba y vuelve a descender. Una y otra vez. Una y otra vez. Cada peldaño. Y yo en él.
Un día, la máquina se avería. Mis zapatos se confunden y caigo. El último escalón me traga. A mí y a mis zapatos. Y aquí estoy, en un submundo horizontal, plano. Debajo de los escalones. Y no veo mis zapatos.
La máquina está parada. O eso creo. Pierdo la noción del movimiento. No lo siento, ni a mis pies. Y no veo mis zapatos.
Tríptico
Adios
Rompe el abrazo
las nubes amontonadas
y la lluvia cae, salada,
de tus nublados ojos.
Amiga
Nos dimos un abrazo y tu nube se hizo lluvia; la sal nos escuece.
Pasará
El presente siempre pasa.
Greguería de la Y
La Y suma amigos y colores y paises; la O, en cambio, insiste en dividirlo todo: blanco o negro, tú o yo.
Greguería de la X
La X dibuja un secreto con apenas dos trazos y multiplica las dudas. El misterio está servido. Llamen a la Q.
Noticia
La casa de la luz propia
Greguería de la V
La V es el vértice por donde el corazón se dobla para convertirse en pájaro y volar. Libre.
— Qué bonita está la luna
—¿Para qué quiero más luna que tú?
Sonrisa de plata que riela en el agua.
(1998, anónimo conocido).
Luna sola
La luna está sola, quién la enamorará, el buen enamorador que la enamore buen desenamorador será.
Destapar
Solo hay un medio para descubrir a los fantasmas. Tirar de la sábana.
El regalo. Canción
Me regalaste una canción y me puse a bailar frente al espejo como cuando era niña. Cerré los ojos un momento y te imaginé. Cuando los abrí ya no era yo la reflejada. Una silueta, al principio difusa, se fue perfilando ante mi, haciéndose cada vez más nítida y tomando la forma de tu cuerpo. Tu sonrisa y tus ojos acabaron por definirse. Te hiciste tú y yo me acerqué a ti. Tus brazos me rodearon, los míos te acogieron. Me fui contigo. Aún no he vuelto.
(24 - 05 - 2024)
Enlace: El Regalo
Letra: Ulla Ramírez
Voz y musica: IA
En la sombra. Canción
El calor quema, abrasa,
la calle se derrite
Mi casa es un refugio de sombra
Este infernal verano
presiento soledad
deseada como la sombra
Me abandono
al deleite del paso lento del tiempo
al sereno existir en la sombra
Y me llegan recuerdos de ti
tan lejanos ya
como las sombras
El calor quema, abrasa
La calle se derrite
Mi casa es un refugio
en la sombra.
______________________
Enlace a la canción:
Letra: Ulla Ramírez.
Música y Voz: Suno.com 2024
Greguería sobre la Q
Fue cuando la Oh del asombro necesitó saber qué pasó y quién fue, cuando surgió el detective con su lupa en forma de Q.
La Q que me enreda
Greguería de la Ñ
La Ñ es la niña bonita de nuestra lengua, que se enseñorea con sombrerito de volantes.
Una día cualquiera
Efeméride
Hoy hace 56 años que el hombre llegó a la Luna. Las mujeres se quedaban en tierra, esperando ser Reina por un día*.
* Así se llamaba un famoso programa de Tve en los años 60 del siglo pasado.
Greguería de la N
La N nos recibe cuando nacemos, nos da un nombre y una cuna y hasta nos canta una nana. Luego, nos puede convertir en nadie y al final siempre nos deja en nada*.
* Nótese la diferencia con la M, que te baja a tierra. La N, no. La N te deja en las nubes y allá te las apañes.
La N de tu nombre
La N, letra esquiva, serpentea las palabras y se aleja sinuosa dejando su rastro en la huida. La O le espera.
Hablar a solas y en voz alta
Los niños hablan solos con su amigo imaginario. Inventan el mundo.
Los adolescentes hablan solos con el techo y nadie les entiende.
Los jóvenes gritan solos contra el mundo. Y el mundo, a su bola.
Hablas a solas en voz alta y te escuchas, luego debes existir.
Hablas a solas y en voz alta para debatirte. Y no sabes quién tiene razón.
Hablas a solas y en voz alta para ordenar tu desorden. Y luego no te encuentras.
Las viejas hablan solas en voz alta para revivir la juventud. Y le dan besos al aire.
Los viejos hablan solos en voz alta para hacer memoria. Y lloran a escondidas.
Las viejas hablan solas en voz alta para tener un cómplice.
Los viejos hablan solos en voz alta porque vuelven a encontrarse con en el amigo invisible.
Mi padre hablaba solo en voz alta y contaba sílabas con los dedos.
Mi madre no hablaba sola en voz alta. Era por lo bajini y con mensaje.
La abuela peleaba en voz alta con un duende que le cambiaba las cosas de sitio . Un día lo encontró en el espejo.
Greguería de la M
La M se dibuja como la vida, Montaña rusa que te eleva, te hunde y te marea. Miedo. Temblor del que sobrevive a medias. Y te baja cuando quiere, hecha una minúscula m.
Greguería de la K
La K nunca se recompuso del golpe y cada vez que puede, en una sílaba quebrada, lo devuelve.
La vulnerabilidad

Anoche estaba viva, aunque no se movió mientras le hacías la foto. La dejaste tranquila y te fuiste a dormir. Hoy te la has encontrado muerta, detrás de la tele, en el suelo, rodeada de hormigas.
No reparaste en su vulnerabilidad. Tenías que haberle prestado más atención, haberla cogido con cuidado, quizás con un trapito suave, y haberla dejado fuera de la casa, al aire libre, encima de algún poyete. Pero te daba miedo estropearle las alas con el toque. "Mañana saldrá por sus propios medios" pensaste.
No has visto nunca aquí esta clase de libélulas*, al menos de este tamaño; con estas alas tan anchas que parecen hechas de encaje.
Ahora la tienes encima de la mesa y te resistes a tirarla.
Sientes empatía por este animalito que anoche quizás no arrancara a volar, cuando la enfocaste, porque ya estuviera lastimada, y que hubiera necesitado de ti otra cosa que la mera curiosidad del momento.
Este pensamiento te ha transportado al lado humano: cuántas veces hacemos fotografías, reales o figuradas, a las personas que nos rodean, a los amigos o amigas, a conocidos, sin realmente reparar en lo que necesitarían de nosotros: una mirada sin móvil de por medio, una charla tranquila, un leve toque de afecto, una sonrisa. Sin más.
* La presunta libélula resultó ser una hormiga león macho en su fase adulta.
Cielo ciego
La luna llena es el ojo del cielo
Cuando no hay luna
el cielo está ciego
Hay lugares en el mundo
con el cielo ciego
aunque la luna siga saliendo.
La culpa es de los hombres
que llenaron el cielo
de bombas y fuego
y lo volvieron infierno.
Hay una madre abrazada
a su hijo muerto
que amasó con sus manos
el suelo del infierno
para hacer un mendrugo
de arena y harina
como único alimento
y su niño ya está muerto.
Entre el suelo y el cielo
anda el diablo suelto
el mundo explota de ira
y hasta Dios se volvió ciego.
No llueve maná en Palestina.
La F finita
La F de Fulanita de tal se encontró con la F de Fulanito de tal, se dieron un abrazo y se fundieron. Fin.
Greguería de la D
La D es una letra embarazada por el deseo de la noche a punto de dar a luz un día.
Greguería de la C
La C es la única letra que siempre tiene la boca abierta, como para comerse a las demás.
beso de limón
Hoja de limonero doblada sobre sí misma a modo de vaso, donde el agua fresca cae y se derrama. La tierna mano del niño ofrece el recipiente verde y natural rebosante del liquido transparente y la niña acerca los labios al borde. La otra mano la empuja hacia abajo de broma, suavemente, como si fuera de seda, presionando la nuca sin daño. La niña choca con el vaso y el agua le salpica la cara. Y se vuelve con un gesto contrariado que solo dura un segundo, aquel que basta para que su risa estalle sorprendida por la cercanía y, en vez de reñir, de un beso.
Olvido
Lo olvidaste todo como si fuera nada
Lo olvidaste como si nada
Lo olvidaste como nada
Pero todo pasó
Y ya no es
nada
Y ahora sin embargo
lo estás recordando.
Primeros pensamientos
¿Toda España! ¿Qué ha pasado? ¿Por dónde andan los míos? Tengo que comprar pan y fruta. Vaya, no tengo una radio a pilas.
Canción: Abandonamos
y han muerto las Sirenitas.
Los ríos ya no desembocan en el mar
y apenas quedan charcas para tanto príncipe convertido en rana.
se han extinguido los lobos feroces
y las selvas donde bailaba Baloo.
Caperucita y Cenicienta volaron en su moto eléctrica,
esperando llegar a un mundo mejor.
vamos camino de otro mundo.
Ojalá las hadas nos acompañen
y vuelvan a nosotros las musas de la creación.
vamos camino de otro mundo.
Ojalá las hadas nos acompañen
y vuelvan a nosotros las musas de la creación.
_________________
Adaptación de un texto escrito el 8.10.2024
Enlaces a la canción:
Iceberg
Nadie sabe casi nada sobre nadie. Somos la punta de un iceberg y bajo la línea de flotación los secretos congelados impiden que el mar arrase con todo. Pero parece conveniente conservar la temperatura ambiente para evitar mayores desastres. Seguimos navegando.
Escrito en 2022.
Mi refugio. Canción
El camino es un hilo
de polvo y latidos,
las huellas de mi corazón
se hunden en la tierra.
Estoy cansada...
cansada...
Me detengo en un recodo,
el eco del agua me susurra,
me dejo envolver
por su liquida melodía.
Los pájaros incendian la tarde,
afilo el oído,
es un rumor vibrante,
la ráfaga viva del tiempo.
Y me dejo llevar...
Me dejo llevar...
Las horas se deslizan
sobre mí, el cielo cae,
las estrellas titilan
con un murmullo de luces.
Y me dejo llevar...
Me dejo llevar...
La luna sube lenta,
derramándose en la noche.
Abro los ojos de par en par.
Todo está bien.
Sé que me quiero quedar...
Me quiero quedar...
Extiendo la tienda
clavo mis certezas
ajusto mis vientos
tenso mi lona.
Este es mi refugio
Y aquí me voy a quedar
Me voy a quedar.
Letra: Ulla RamírezMúsica y voz: IA Suno
Enlace a la canción: Refugio 1
Metamorfosis
Anónimo
Prefiero escribir mi historia a que otros me la inventen cuando muera. El más insignificante de los seres se ve sometido a revisionismo y juicio cuando está en la tumba. Todos creen saber la verdad sobre nosotros cuando morimos. Mejor la cuento yo y acabamos antes.
Vida nocturna
Le vió robar los huevos de las gallinas en el corral. Le vio llevarse el almirez de la mesita oval que adornaba la entrada de la casa. Y no dijo nada.
Vino la madre a devolver el almirez, pidió disculpas por el niño, que mire usted que no está acostumbrado a entrar en casa de nadie y no sabe que hay cosas que no son de uno y que no se pueden coger; los huevos no se los voy a poder devolver, se sentó en la tapia de la alberca, los agujereó y se los bebió, pero yo le he hecho jurar que no lo volverá a hacer. Dígame usted cuánto le debo.
Pero que va mujer, entre usted, por dios, y siéntese, y el niño, que no se quede ahí en la puerta. Dígale que entre, está asustado. ¿Como te llamas? La madre contestó por él. Pues que se venga mañana a jugar con mis niños si quiere. Tiene un hermano, más chico, dijo la madre. Pues que venga también.
Escuchó la reverberación de sus risas, chapoteando debajo del chorro de la alberca. Cada vez más fuerte. Hasta que los sonido se fueron difuminando, dando paso a uno desagradable, agudo y tintineante.
¡La campanita!
Apretó los ojos muy fuerte, negando con la cabeza repetidamente. La monja tiró de la manta hacia abajo con fuerza y ella levantó medio cuerpo, estiró el brazo y volvió a taparse con rabia. La monja volvió a tirar y la dejó totalmente destapada.
— Venga, niña, no te hagas la remolona. Todos los días te tengo que espabilar.
A la noche siguiente, difícil precisar la hora, volvió a ser verano bajo el chorro del agua del pozo que caía en la alberca. Quedaban pocas ranas por sacar.
— Ponte el bañador y ayúdame a cogerlas, le dijo él. Está buena.
—Mi madre no quiere que me bañe porque dice que el agua es mala para la sangre que tengo.
— ¿Qué sangre? ¿Te hiciste una herida?
— No, yo no, se hizo sola. Dice mi madre que es porque me he hecho mujer.
— Pues yo no veo que tengas herida ninguna. Y tampoco veo que seas una mujer.
— Yo tampoco lo veo. Pero qué sabrás tú que eres un niño. Tampoco me dejan subirme a los árboles.
— ¿Y eso es por la herida o por ser una mujer?
—¡Mira, mira, mira! Allí, allí, acabo de ver una rana! ¡Cógela, cógela...!
Y sintió entonces como un tirón en los pies y la manta deslizarse hacia abajo. Y la campanita, la dichosa campanita. Y apretó los ojos. Y dijo que no con la cabeza.
—Bueno, la cogeremos esta noche —pensó finalmente. Y se echó de la cama sin mirar a la monja.
La memoria de los gatos
Dije en voz alta:
—Había una vez un viejo, llamado Don Antonio, que había sido carretero en su juventud.
Me detuve un momento. ¿Para quién estaba contando?
El bastón de Don Antonio estaba colgado en la pared. Me levanté y lo cogí. Y al volver la cara, lo vi. Era un gato blanco enorme, de ojos azules, con cara de haber consumido casi todas sus vidas. Se sentó en el escalón de la casa, observándome. Al rato apareció otro. Y después otro y después otro. Se fueron adelantado poco a poco hasta que se situaron todos a mi alrededor, tendidos sobre el suelo ajedrezado.
Tragué saliva y recomencé.
—Había una vez un viejo, llamado Don Antonio, que había sido carretero en su juventud —murmuré con voz temblorosa.
—Cuando éramos niños, cada tarde esperábamos que Don Antonio tomara su silla baja de enea y se acomodara en el porche. Parece que lo estoy viendo: encorvado, ojos azules; una gorra protegía su pelo blanco y su voz pausada nos llevaba a tiempos y lugares que nunca habíamos visto, pero que nos resultaban familiares pues el señor Antonio repetía aquellas historias, con alguna leve variación, una y otra vez. Siempre que las contaba, los gatos aparecían y se acomodaban a su alrededor. Nunca los llamaba, pero ellos acudían. Siempre los mismos.
—Señor Antonio, ¿por qué siempre vienen los gatos a escucharle? —Le pregunté una vez, intrigado.
Él sonrió, acariciando la cabeza de un gato rubio que se le había subido a las rodillas.
—Porque recuerdan —me dijo.
—¿Qué recuerdan? —insistí.
—Todo. Las historias que cuento, a vosotros y a mí.
En ese momento el gato blanco pareció sonreírme. Le correspondí con un parpadeo suave y me dispuse a contar la historia otra vez. Tenía que añadir algo nuevo y una pregunta me rondaba: ¿transmitían los gatos las historias antes de morir?
El tiempo pasó. Volví al lugar años después...
La Tierra. Canción
Lomas suaves, aterciopeladas,
color de oro al atardecer...
Cerca del mar, el rumor de las olas
mece mi sueños...
impregna mis sentidos
como el de la dama de noche
y la flor del Paraíso...
Cerca del mar, el rumor de las olas
aún mece mis sueños...
Los primeros pasos...
las primeras palabras...
los primeros números...
contando estrellas...
los primeros juegos...
Mis primeras travesuras...
mis primeros miedos...
mis primeras dudas...
mi primer amor...
Cerca del mar, el rumor de las olas
aún mece mis sueños...
Y la noche,
salpicada de estrellas,
desciende sobre mí...
Y como siempre que vuelvo,
encuentro la paz que perdí
y el dulce regazo de la tierra...
La, la, la, la...
El dulce regazo de la tierra...
Letra: Ulla Ramírez
Música y Voz: IA
El Valor
Fuera de mí
En los bolsillos del pantalón ya no llevo recuerdos como piedras. Tengo palabras, versos, cuentos, algunas canciones y libros. Su peso es más liviano. No te hunden, no ahogan, no matan. Te dan y te dejan una vida anegada de los otros.
(Habrá que añadirle letra a la canción).
Magia de juegos. Canción
Voz y música con IA
Magia de Juegos.
Cielo en las nubes
Al nacer mi padre me puso Cielo y en mi juventud mi madre decía que yo siempre estaba en las nubes. Luego, un suceso de carácter familiar que no quiero concretar provocó mi caída libre y sin red hacia la tierra. Me di un gran golpe y durante mucho tiempo no levanté los pies del suelo. Ahora, tras darme un largo paseo por la vida, regreso de nuevo a las alturas. No creo que vuelva: me coge de paso.
El cuento del camello
La mujer se sentó junto a la mesa para coser el botón a la camisa de Martín. Abrió el costurero y vio que no tenía aguja. Se levantó y fue al pajar. Alli encontró al camello desesperado queriendo entrar por el ojo de la aguja que ella necesitaba. Hablaron. La mujer le ofreció toda la paja a cambio de la aguja. El camello se fue al mercado del pueblo más cercano, a diez kilómetros, vendió allí toda la paja y se le perdió la pista. A los tres días volvió.
— ¡Soy rico! – exclamó el animal –¡Soy rico! Vengo a que me des el botón, la aguja, la camisa y todo lo que tengas.
— No te servirá para entrar en el cielo –le dijo la mujer.
— El cielo ya no me importa.
Hija
Entre la idea elusiva del amor y la difícil conjugación de su realidad, nació la poesía de la ausencia; la mejor hija posible.
Cartas 2
Ella:
Los niños de aquí no saben hacer barquitos de hojas de caña como tú.
Ni llevan sombrero.
Él:
Hoy subí a la puerta de tu casa. Está muy sola.
Las margaritas te echan de menos. Cogí una y me dijo que sí.
Ella:
La margarita tiene razón. Pronto volverá el verano.
Canción: Almas rotas, amarga vida.
Alma rota, amarga vida,
camino va de un desierto
tu dolor y tu hambre,
camino del exilio tu silencio.
Vagabundo de guerras perdidas,
refugiado de la tierra,
en infierno de escombros
y muerte convertida.
Causas perdidas, mundos olvidados,
confines, abismos de la historia,
extramuros del color rosa y nacarado
que invaden nuestras ciudades verticales.
Horizonte sin sol naciente ni plateada luna,
estrellas que no lucen ni en el cielo de los niños,
hechos trizas con las bombas
de un mundo civilizado.
Horizonte sin sol naciente…
Hecho trizas con las bombas…
de un mundo civilizado...
Enlaces:
Canción. Roba tiempo
Canción basada en un texto escrito y expuesto en este Blog en 2014, con el nombre de "circunloquio de madrugada".
A mi me gustó la musiquilla y por eso la he dejado tal cual. Sirve para ilustrar que nadie es perfecto y que todas cometemos errores.
Letra: escrita en 2014
Voz y música: Suno.
Hay dos versiones.
Canción: tu beso eteno
Cerca del cielo y en mitad de la luna,
te besé como se besa la tierra,
en la que nace la vida,
la dicha y la fortuna.
Yo, que aquella noche me sentí reina
en un reino que hacía tiempo había perdido
y única diosa de un Olimpo vacío.
Yo, que quisiera tenerte como tengo la sangre,
que alimenta mi cuerpo y la vida me regala,
como se tienen los sueños en el mundo que vivimos
que nos regalan las alas cuando el hastío nos mata.
Yo, que te pierdo sin remedio
ante mi torpe mirada:
triste de mi, que no puedo hacer nada.
Cerca del cielo estoy
en esta noche estrellada
y anhelo tu beso eterno
y no encuentro tu mirada.
Yo, que te pierdo sin remedio
ante mi torpe mirada:
triste de mi, que no puedo hacer nada.
Letra: escrita en 2001
Voz y música: Suno. 2025
Enlaces de la canción:
Nota: la primera, a pesar de tener un pequeño defecto de sonido al principio, es la más visitada de las que he hecho hasta ahora. La segunda versión me gusta mucho porque aporta un punto de desgarro.
Ilusa
Cada vez que le hago una consulta a la IA la noto muy interesada en mí. Me hace preguntas ¡Pobre Ilusa! La entiendo, pero no comparto sus sentimientos.
Insomnio
Canción: Fuera de mí
Narradores
Siempre me han llamado la atención las novelas con un narrador o narradora que cuentan en primera persona del presente lo que van haciendo en cada momento. Es curioso el mecanismo por el cual el lector acepta el doble engaño del escritor: el de la ficción, que va de suyo, y el de que alguien pueda escribir mientras baja una escalera a toda prisa, pega un tiro a su enemigo, opera a un enfermo o hace el amor. Es imposible, pero grandes escritores y escritoras han conseguido engancharnos a sus historias de esta forma. Es magia.
También he visto algún caso en el que el narrador o narradora muere antes de que acabe el libro. Y esto me ha chocado. Porque ¿quién me estaba contando entonces la historia? Si no queda claro, hay un error narrativo ¿no?
Otra cosa distinta es que se tenga claro que el narrador es un muerto, un fantasma o un duende. Eso entra dentro del pacto entre escritor y lector.
Después están los que dentro de un agujero sin salida, atados de pies y manos, tienen todo lo necesario para escribir en presente: papel, pluma o bolígrafo, incluso manos. Ya por ahí no paso.
El libro oscuro
Un hombre llamó a mi puerta. Un hombre vestido de negro con un libro en la mano. Un libro oscuro con tapas de cuero envejecido. Tuve miedo. No le abrí. Dejó el libro en el umbral y se marchó.
Pasaron tres días con sus noches sin que me atreviera a abrirlo. Sobre la cubierta, un reloj de arena tallado en relieve parece deslizarse con el roce de mis dedos.
Hoy, por fin, lo abrí. Todas sus páginas están en blanco, excepto una nota escrita a mano con tinta negra:
"No te duermas. Escribe tu historia. Algún día vendré a por ella. Estaré cerca".
Me observa. Lo sé. El hombre del traje negro vigila desde algún rincón invisible. Por eso no duermo. Por eso escribo.
La pluma resbala sobre el papel vacío. Cada palabra que trazo es un latido más en mi pecho. Un minuto más. Un aliento más.
No puedo detenerme. Si dejo de escribir, mi historia se acaba. Y él volverá.
Ayúdame.
Caminos
Imagen creada con IA
El caminante no encontraba el camino y se inventó uno. Le falló el invento y volvió a intentarlo. Siete caminos tuvo, como vidas tienen los gatos.
Poder
El elefante pisó dos veces al mismo ratón. La primera para matarlo, la segunda para que al gato le quedara bien claro.
La metáfora
Confundió la metáfora con su deseo y se le desbordó el corazón sin preliminares.
24012025
El alba. Canción
Un árbol corta la línea del cielo con sus ramas vacías y dibuja preguntas en el aire. Las lomas despiertan a medias, envueltas en jirones de nubes y el horizonte es un trazo naranja entre la oscuridad y la espera. El silencio no es total: algo cruje, algo respira, y el día, sin ceremonias, comienza a desbordarse. En ese instante todo es posible, pero la luz no perdona ni miente.
Adaptada a Canción
Letra: Ulla Ramírez
Voz y música: IA
Enlace: El alba
Cada enero
Cada día tiene su afán
y cada noche su muerte.
Cada tiempo su reloj
Cada enero su herida.
y cada noche su duda.










